
Pulso Simbiótico
2023 - 2024
Cambiar de “la supervivencia del más apto” a “LA SUPERVIVENCIA DEL MÁS SIMBIÓTICO”.
-Julia Watson.
El estudio de la ecología parte de la idea de que la naturaleza es un sistema interconectado, donde todos los organismos coexisten en una red de fuerzas activas y no pueden ser comprendidos de manera aislada.
Pulso Simbiótico se inspira en esta interdependencia, tomando como punto de partida la relación simbiótica entre las plantas y el micelio: la red de filamentos subterráneos de los hongos que actúa como un sistema de comunicación y transporte de nutrientes en los ecosistemas. Esta conexión da lugar a la micorriza, una asociación mutualista esencial para la vida en los bosques, donde los hongos facilitan la absorción de minerales y agua a las plantas a cambio de azúcares y compuestos orgánicos. A través de señales químicas y eléctricas, esta red subterránea permite a las plantas intercambiar información, advertirse sobre amenazas y sostener el equilibrio del ecosistema.
A partir de esta premisa, la instalación explora la fragilidad de estas redes naturales y cómo la intervención humana las ha deteriorado. Mediante la fusión de ADN de hongos y humano (en este caso, el mío), la obra se activa en el momento en que el espectador toca el corazón del bosque, revelando lo que normalmente permanece oculto a simple vista. Esta interacción abre un umbral hacia un territorio desconocido, donde quizás, con una mayor conciencia de nuestra interdependencia con el entorno, podríamos transformar nuestra manera de habitarlo.
Pulso Simbiótico representa lo invisible pero esencial: la vida interconectada que sostiene nuestros ecosistemas. Nos invita a cuestionar la noción del Antropoceno y a reconocernos como parte de un todo, inseparable de la naturaleza y sus complejas redes de vida.
**Este proyecto forma parte del Programa de Apoyo a la Producción e Investigación en Arte, Medios y Discapacidad 2023 del Centro Multimedia del Centro Nacional de las Artes.**

















